Duerme tranquilo
En un Grupo 5 que también integran Boca y Zamora, el equipo argentino
tiene un lugar seguro por lo que hay que pelear por el restante. Esa
lucha parece reservada a Wanderers y Palestino. Por eso este partido era
el que el bohemio debía ganar. Y lo hizo.
Nada le sobró al
vicecampeón uruguayo, a esta altura el que tiene chance de llegar más
lejos en la Copa Bridgestone Libertadores, porque Nacional quedó
eliminado en la primera fase (preciamente frente a Palestino) y Danubio
tiene un grupo sumamente complejo en el que están San Lorenzo, São Paulo
y Corinthians. Anotó un gol a los 23 minutos con un gran remate de
Matías Santos, pudo haber convertido alguno más, pero en el segundo
tiempo sufrió mucho y de no ser por el arquero Leanardo Burián, pudo
haber perdido dos puntos que bien pudieron haber sido lapidarios.
Fue
muy distinto el Wanderers de la primera mitad al de la segundo.
Presionó muy bien, no dejó maniobrar al rival, le robó el balón, lo
manejó con criterio, fue profundo y llegó al gol en forma justificada.
Incluso pudo haber liquidado el ánimo de Palestino (y hasta el partido)
en el último minuto del primer tiempo, cuando Reymúndez (imparable en
esos 45' iniciales) ganó en velocidad y metió un disparo que devolvió el
caño. En el complemento fue otra cosa.
Palestino fue el que
presionó, Wanderers perdió la soltura, el balón y los espacios. De a
poco comenzó a refugiarse en su campo y entonces Burián comenzó a
transformarse en pieza fundamental, con atajadas y anticipos como si
fuera un zaguero.
Ante la falta de contención en la mitad del
terreno, Arias no lo dudó: metió cambios para encarar los últimos 10
minutos con línea de cinco en el fondo. Había que cuidar la mínima
diferencia y lo hizo sin ponerse colorado.
Wanderers ganó,
alcanzó a Boca al tope de la tabla con 6 puntos (el xeneize recibe el
miércoles al venezolano Zamora) y, lo más importante, le ganó al rival
que tenía que vencer. El bohemio duerme tranquilo.
Fuente: EL PAIS (URUGUAY)
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