sábado, 26 de marzo de 2011

Argentina pagó caro un descuido e igualó con Estados Unidos

En la puesta a punto para la Copa América de julio, Argentina igualó 1-1 con Estados Unidos en un amistoso jugado en Nueva Jersey y se quedó con una magra sensación. Luego de desplegar el juego avasallador que se pretende, el equipo de Batista derrochó una gran cantidad de chances de gol y pagó muy caro un error defensivo. Fue el primer empate de la era del Checho.

Tal como pregona su técnico desde la dialéctica, la Selección levantó la bandera del toque corto y no le costó demasiado arrinconar a su rival con una abusiva posesión de pelota. El equipo nacional fue nítido dominador desde el arranque y se armó de paciencia para desgastar con pases prolijos y mucha movilidad en el trío Di María-Messi-Lavezzi.

Luego de un susto inicial por un contragolpe de Dempsey, Argentina hizo grandes méritos para ponerse en ventaja y fabricó ocho situaciones de gol en la etapa inicial. Messi armó juego como mediapunta, Lavezzi y Di María gravitaron por las bandas, Rojo escaló por izquierda y Banega y Cambiasso se mostraron como descargas cerebrales con el arco de frente.

Cuando la Pulga levantó paredes con sus dos socios en ataque, se vieron los mejores momentos de fútbol. Estados Unidos intentó cerrar los caminos con un planteo híper amarrete, aunque la resistencia se quebró a los 41. Messi penetró por izquierda y envió un pase atrás que no pudo conectar Di María, pero sí lo hizo Cambiasso. Una ventaja merecida y exigua para semejante hegemonía.

En el amanecer del complemento, Di María desequilibró con su velocidad y generó dos jugadas de gol. Primero, enganchó por derecha y remató apenas por arriba del travesaño. Y enseguida desniveló por izquierda y buscó con un centro a Messi, pero anticipó Howard. El duelo cambió tácticamente, porque Estados Unidos decidió adelantarse y asumir riesgos.

A los 13 llegó el golpe inesperado. Bocanegra cabeceó la pelota tras un tiro libre, Andújar dio rebote y Agudelo se llenó la boca de gol. Con una notable dosis de efectividad, Estados Unidos le dio un tirón de orejas a Argentina y descubrió desacoples defensivos latentes. Más allá de las falencias autóctonas, el tanto pareció un premio exagerado para los anfitriones.

A la hora de buscar la revancha, Argentina resignó el juego colectivo del arranque y dependió de la inspiración de Messi y Di María. Batista tampoco supo cambiar el rumbo con variantes ofensivas (sólo ingresó Biglia por Cambiasso). En definitiva, el 1-1 dejó un sabor muy amargo más allá de aquel primer tiempo fructífero. En la cuenta pendiente quedaron la contundencia en el área rival y la marca en las pelotas detenidas.

Fuente: TyC sports

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